
“No quiero” Ángela Figuera

que los besos se paguen
ni la sangre se venda
ni se compre la brisa
ni se alquile el aliento.
No quiero
que el trigo se queme y el pan se escatime.
No quiero
que haya frío en las casas,
que haya miedo en las calles,
que haya rabia en los ojos.
que en los labios se encierren mentiras,
que en las arcas se encierren millones,
que en la cárcel se encierre a los buenos.
No quiero
que el labriego trabaje sin agua
que el marino navegue sin brújula,
que en la fábrica no haya azucenas,
que en la mina no vean la aurora,
que en la escuela no ría el maestro.

que las madres no tengan perfumes,
que las mozas no tengan amores,
que los padres no tengan tabaco,
que a los niños les pongan los Reyes
camisetas de punto y cuadernos.
No quiero
que la tierra se parta en porciones,
que en el mar se establezcan dominios,
que en el aire se agiten banderas
que en los trajes se pongan señales.

que mi hijo desfile,
que los hijos de madre desfilen
con fusil y con muerte en el hombro;
que jamás se disparen fusiles
que jamás se fabriquen fusiles.
No quiero
que me manden Fulano y Mengano,
que me fisgue el vecino de enfrente,
que me pongan carteles y sellos
que decreten lo que es poesía.
No quiero amar en secreto,
llorar en secreto
cantar en secreto.
No quiero
que me tapen la boca
cuando digo NO QUIERO...
“Hombre Naciente” Ángela Figuera

Yo voy a nacer y desde ti, mi madre.
Pido la Paz y pido la palabra.
Pido una tierra sin metralla, enjuta de llanto y de sangre, limpia de cenizas, libre de escombros, saneada tierra para sembrar a pulso la simiente que tengo entre los dedos apretada.
Pido la Paz y pido la palabra.
Pido un aire sosegado, un cielo dulce, un mar alegre, un mapa sin fronteras;
una argamasa de sudor caliente sobre las cicatrices y fisuras.

Los hijos de mujeres por todo el mundo que escuchen esta voz y se apresuren.
Que se levanten al rayar el día y vayan al más próximo arroyuelo, laven allí sus manos y su boca se quiten los gusanos de las uñas, saquen su corazón que les de el aire expurguen sus cabellos de serpientes y apaguen la codicia de sus ojos.
¡ Después !
Después que vengan a nacer conmigo haremos entre todos cuenta nueva.
¡ Quiero Vivir !.
Lo exijo por derecho
Pido la Paz y entrego la Esperanza.
“Sentado sobre los Muertos” Miguel Hernández

que se han callado en dos meses,
beso zapatos vacíos
y empuño rabiosamente
la mano del corazón
y el alma que lo sostiene.
Que mi voz suba a los montes
y baje a la tierra y truene,
eso pide mi garganta
desde ahora y desde siempre.

pueblo de mi misma leche,
árbol que con tus raíces
encarcelado me tienes,
que aquí estoy yo para amarte
y estoy para defenderte
con la sangre y con la boca
como dos fusiles fieles.
Si yo salí de la tierra,
si yo he nacido de un vientre
desdichado y con pobreza,
no fue sino para hacerme
ruiseñor de las desdichas,
eco de la mala suerte,
y cantar y repetir
a quien escucharme debe
cuanto a penas, cuanto a pobres,
cuanto a tierra se refiere.

desnudo y sin qué comer,
y el día de hoy amanece
justamente aborrascado
y sangriento justamente.
En su mano los fusiles
leones quieren volverse:
para acabar con las fieras
que lo han sido tantas veces.

pueblo de cien mil poderes,
no desfallezcan tus huesos,
castiga a quien te malhiere
mientras que te queden puños,
uñas, saliva, y te queden
corazón, entrañas, tripas,
cosas de varón y dientes.
Bravo como el viento bravo,
leve como el aire leve,
asesina al que asesina,
aborrece al que aborrece
la paz de tu corazón
y el vientre de tus mujeres.
No te hieran por la espalda,
vive cara a cara y muere
con el pecho ante las balas,
ancho como las paredes.

pueblo de mí, por tus héroes:
tus ansias como las mías,
tus desventuras que tienen
del mismo metal el llanto,
las penas del mismo temple,
y de la misma madera
tu pensamiento y mi frente,
tu corazón y mi sangre,
tu dolor y mis laureles.
Antemuro de la nada
esta vida me parece.
Aquí estoy para vivir
mientras el alma me suene,
y aquí estoy para morir,
cuando la hora me llegue,
en los veneros del pueblo
desde ahora y desde siempre.
Varios tragos es la vida
y un solo trago es la muerte.
Selección realizada por Juan Carlos Bonet
¿Cómo podemos permitir que se olvide el dolor y las voces cuyos restos yacen bajo las cunetas de las carreteras? ¿Cómo permitir que el mundo siga sin hacer justicia y devolver la verdad de sus orígenes a toda esa infancia robada, secuestrada y perdida en el mundo? ¿cómo dormir tranquilos y comer sin angustia cuando tanto dolor grita ante el peligro de ser enviado a la Fosa Común de la Historia? Necesitamos al Juez Garzón en activo para que continue investigando y de A CADA CUAL LO SUYO frente al escenario de un franquismo latente que intenta retoñar extendiénsode a toda latinoamérica.
ResponderEliminar